Tu negocio en la Red: 24 horas, 365 días y 9 millones de clientes…

“No existes si no estás en la Red”. Esta es la conclusión a la que han llegado expertos en Comercio y Marketing. Y, aún hoy, puede ser que alguna empresa decida no aparecer en Internet, pero deben de tener en cuenta la principal consecuencia de ello: “dejar de lado” a los 25 millones de potenciales clientes que mensualmente se conectan a la Web en España, de los que 9 millones compran a menudo, incluso mensajes publicitarios.

Hablamos de un entorno que crece año tras año. Son, aproximadamente, 1.400 millones de internautas en todo el mundo, esto significa que, cualquier empresa que decida dar el salto a Internet, multiplicará por miles las posibilidades de ser vistos. Asimismo, hay que tener en cuenta que el comercio electrónico, pese a la crisis, ha sido el único sector que lejos de disminuir sus beneficios ha crecido de forma exponencial. Así, en el último año, las transacciones de bienes y servicios en la Red supusieron un volumen de negocio de unos 5.200 millones de euros, un 40% más que en el año anterior.

Crear un negocio online, paso a paso

Hemos decidido crear o trasladar una empresa a Internet, pues bien, mediante unos sencillos pasos habremos creado nuestra web. Será sin duda alguna la carta de presentación al público, es decir, la imagen de marca que el público identificará con su empresa, por lo que habrá que cuidar todo detalle.

El primer paso es crear el dominio. Lo lógico es que en la dirección URL colguemos el nombre de nuestra empresa. El cliente identificará rápidamente la dirección con nuestra marca. No obstante, ¿qué pasa si el nombre que teníamos pensado ya está ocupado? No hay que alarmarse, haciendo una pequeña variación del nombre también puede llevar al éxito a nuestra web. Tenga presente que no es aconsejable registrar un sólo dominio. Se pueden crear varios con nombres similares, con el nombre de nuestros principales productos o servicios, etc., pero que siempre puedan redireccionarse a la web principal. También, hay que considerar que el nombre sea recordable y que no exija un esfuerzo por parte del lector. Y, para cerrar el tema dominio, concretar la extensión, que puede ser: .com (el más apropiado, sobre todo, para empresas), .net o .org (si se trata de entidades corporativas u ONGs) o, en el caso de España, .es (dominio regional que relaciona la actividad con su campo de acción). Actualmente, existen múltiples formas de adquirir dominios fácilmente gracias a, por ejemplo, los Fondos Avanza o entidades públicas que promocionan el registro gratuito de dominios para emprendedores.

‘Nuestra web es la carta de presentación de nuestra empresa, por lo que se han de cuidar todos los detalles, sobre todo, los referidos a accesibilidad y usabilidad, para hacer más fácil al usuario el paseo por nuestro portal’

El alojamiento web sería el siguiente paso. Sencillo, ya que no hay más que contactar con una empresa de hosting para que le proporcionen el ciberespacio que tendrá su portal que, según sus necesidades, podrá tener mayor o menor capacidad de almacenamiento, cuentas email, transferencia de información, etc. Acens, Arsys, Piensa Solutions o Active 24, son algunas de las empresas de hosting más relevantes.

Lo que vamos a contar

Ya tenemos presencia en la Red, el próximo paso será decidir qué vamos a contar. Si anteriormente decíamos que el nombre de nuestra web es la carta de presentación de nuestra empresa, la información que demos será la primera forma de comunicación con el cliente. No hay que impacientarse por querer dar todos los datos posibles en la página de inicio. Si en un primer vistazo el posible cliente observa demasiado texto, no sabrá exactamente qué atender primero y terminará por descartar nuestros servicios. Para una pyme que no es conocida aún en Internet, lo mejor es que se limite a dar ideas sencillas, específicas y directas: qué tipo de negocio tenemos, qué servicios ofrecemos y de qué modo podemos hacerlo llegar al consumidor. En el resto de páginas que tengamos en el portal se incluirán tres secciones básicas: un catálogo de productos (haciendo especial hincapié en la política de precios y forma de pago que, al fin y al cabo, es lo más importante para el consumidor), un “quiénes somos” (donde podremos explicar cuál es nuestro cometido empresarial, clientes que nos avalan, años de experiencia en el sector, premios o reconocimientos si los hubiera, etc.) y una sección de “contactar” (domicilio social, teléfono, email de contacto, etc.).

El diseño web será otro paso importante. Lo primero que se ha de tener en cuenta en este apartado será la “accesibilidad” y la “usabilidad”. Y es que, cualquier usuario, tenga algún tipo de discapacidad o no, debe encontrar en pocos segundos lo que busca en su web, si no la abandonará y, lo que es peor, terminará en alguna web de su competencia. Esto incluye que la página tarde poco tiempo en cargar (para ello habrá que limitar las florituras que en un principio queramos poner en la web como, por ejemplo, las aplicaciones Flash o Javascript), no tener enlaces rotos, posibilitar que la página se pueda leer en otros idiomas, etc. Según Jakob Nielsen, autoridad en cuanto a usabilidad en la Red se refiere, los usuarios emplean sólo casi el 30% del tiempo en leer información y, el resto del tiempo, en entender el diseño de la web, por lo que llevar a cabo una adecuada arquitectura de la información será crucial. Esto es, facilitar al usuario el paseo por nuestra web, posibilitando que pueda volver siempre al inicio o a la página en la que anteriormente estuvo. Tampoco es aconsejable tener una excesiva cantidad de páginas alojadas, provocaría una sensación de pérdida en el internauta.

‘Lo que más valoran los usuarios es ‘encontrar siempre la oficina abierta’ así como la realidad de que Internet ofrece unos precios más económicos que los negocios offline’

Asimismo, limitaremos la inclusión de imágenes, videos o marcos, que pueden terminar por apabullar al usuario. Y ello, puede ser también un impedimento para todos aquellos usuarios que se conecten a través de dispositivos móviles como PDAs. Para todo esto, si en nuestra empresa no disponemos de un departamento de comunicación que sepa y pueda crear la web, la opción más adecuada es dejarnos aconsejar, en cuanto al diseño y programación de nuestra web, por una empresa con experiencia en el sector.

Pues bien, ya tenemos nuestra web. A día de hoy, en la mayoría de encuestas y estadísticas que han salido a la luz referente a los beneficios del comercio electrónico, por parte de los usuarios, la mayor ventaja que hallaban es “encontrar siempre la oficina abierta” ya que, en cualquier parte del mundo, las 24 horas, los 365 días del año, un usuario puede localizar nuestra empresa y contratar los servicios a los que nos dediquemos, todo ello, a unos precios que, normalmente, son más económicos que los mismos productos de empresas offline, por lo que el atractivo siempre es mayor.

Continuará…

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